Por : Jaime Ruiz(invitado)
La famosa sentencia de Clausewitz según la cual la política sólo es la continuación de la guerra por otros medios ha tenido en los últimos tiempos lamentables demostraciones. Por una parte, la marcada tendencia de los gobiernos español y venezolano de dividir a la población entre leales y hostiles, entre amigos y enemigos, entre buenos y malos anuncia una perpetuación del estado de crispación a que han llevado esos gobernantes a sus ciudadanos. Esa parcialización extrema del gobierno es típica de todos los regímenes totalitarios.
En últimas, la política vendría a ser como la continuación de la guerra en tiempos de tregua, pero con los mismos objetivos y a veces con los mismos protagonistas. Siempre están los grupos que aspiran al control de la máquina estatal para sus propios fines, tanto económicos como de dominio (aunque ambos tienen siempre mucha relación).
La habilidosa campaña del senador Gustavo Petro para calumniar al gobierno y distraer la atención de los ciudadanos de la amenaza terrorista y de la evidente complicidad de su partido con ella forma parte de esa baja política, y de su éxito sólo se podrían temer más violencias y abusos, pues la idea rectora de ese partido ciertamente no es el fin de los crímenes sino su consumación y premio. La presentación que hacen los medios del asunto y el bálsamo que ofrecen a consumidores ansiosos de defender a su bando sólo sirve para ocultar ese hecho.
Pero mucho más grave es que lo mismo ocurra en sociedades teóricamente más avanzadas y regidas por valores liberales. El «gesto» de Al Gore negándose a compartir un foro con el presidente colombiano forma parte de una concepción parecida de la política, señal de que en Estados Unidos también florecen personajes que emulan a Petro, Chávez y Zapatero. ¡Aprovechar las calumnias contra Uribe para acusar a Bush de apoyar a dictatoriales y criminales en Latinoamérica y erosionar su imagen es una manipulación miserable y cínica de los prejuicios de la población!
Todo eso es terrible porque el control del Congreso y el Senado por los demócratas amenaza a los intereses colombianos y el precio de esas ambiciones de Gore y sus aliados, como Mc Govern, puede ser fatal. Vale la pena repetir lo que afirmó Roger Noriega, ex subsecretario de Estado para el hemisferio occidental sobre Gore: «Está haciendo cálculos políticos, lo cual es triste pues se anota puntos a costillas de Colombia. Fue un golpe barato y bajo. Es una terrible señal pues indica que no consideran los efectos que tendría en Colombia que no se aprobara al TLC o se deje de combatir el narcotráfico».
Cochina política que pone en práctica el bando estatista exhibiendo el mayor cinismo y aprovechando hechos tan vergonzosos como las calumnias de Petro, tal acertadamente desenmascaradas en el blog Atrabilioso la semana anterior.
Sunday, April 22, 2007
La Maldita Política
Publicado por Carlos Méndez en 4:13 PM
Etiquetas: Politica Colombiana, sociedad libre ,Blog,Blogs ,Politics,Libertarian
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