Wednesday, April 02, 2008

"Se acaba el trago"?

Las licoreras departamentales colombianas, productoras del tradicional "aguardiente" parecen estar en problemas y su supervivencia se ve amenazada. Las causas parecen ser las siguientes:

1. En pasadas reformas tributarias se cambió la formula como se calculan los impuestos al licor. Esto abarató licores como el Whisky, que no se producen localmente. Así lo explica este reportaje de Dinero:

"Desde cuando fue aprobada la Ley 788 de 2002, que fijó impuestos variables a los licores según su grado alcohólico, el panorama de la categoría de aguardientes cambió. En 2003, sus ventas cayeron 5%; en 2004 volvieron a caer, esta vez 3%, y en 2005 la alarma fue total, pues la caída superó el 12%."

2. Las importadoras de Whisky y otros licores, dado que son privadas, parecen haber sido mas agiles y efectivas para mercadear sus productos frente a las licoreras departamentales que son burocracias estatales. Dinero dice:

"Aunque en principio parece evidente que la culpa la tuvo el impuesto, una mirada más detenida le ha permitido al sector la autocrítica necesaria para entender que llegó la hora de reinventar el negocio. "Puede ser una tendencia de consumo; la gente está prefiriendo el trago largo (duradero) para que la rumba dure más y las bebidas mezcladas con licores importados de menor precio", explica Catalina Rincón, gerente comercial y de mercadeo de la Industria de Licores del Valle.
Un estudio reciente del mercado, de la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), encontró que la categoría de aguardientes está envejecida; que entre los jóvenes su acogida decrece y que su principal característica de trago corto (fuerte), la cual alguna vez lo puso en ventaja frente a sus competidores, es ahora uno de sus peores enemigos.

El consumidor de hoy busca licores menos fuertes, que duren más o que al menos no hagan tanto daño al día siguiente, coinciden en afirmar algunas fuentes del sector"


Es claro que la estructura tributaria anterior a 2002 servía a los intereses rentistas de las licoreras departamentales, donde suelen mandar los políticos y sus clientelas. Ahora que se han eliminado, en parte, los elementos tributarios que favorecían a esas licoreras, el consumidor esta decidiendo, ayudado por mejores esfuerzos de persuasión de los importadores de licor, por otros productos.

Esperemos que las presiones de los rentistas al congreso no afectén este mercado en contra de la libertad de los consumidores.