Saturday, June 09, 2007

Cuidado con el sesgo pro-empleo

Alejandro Gaviría escribe en contra del sesgo anti-empleo que percibe en este gobierno:

"el empleo debe ser el propósito primordial de la acción colectiva. Debe convertirse en un fin en sí mismo. O, mejor, en el fin de todo lo demás. Si así lo aceptamos, deberíamos, entonces, rechazar las medidas antiempleo: el asistencialismo pagado con impuestos al trabajo, la idea de sumar subsidios en lugar de sumar empleos y la tendencia a maximizar la inversión en lugar de multiplicar el trabajo."

Obviamente estoy de acuerdo con el llamado de Alejandro a una mayor libertad en los mercados laborales(eliminando los impuestos al trabajo) y/o permitir la existencia de incentivos para la contratación y el trabajo(eliminando subsidios)).

En cualquier análisis sobre el empleo existen al menos 4 partes interesadas: el Estado, los empleadores, los que ya estan empleados y los desempleados. Viendo las acciones reales de este gobierno (incremento de contribuciones a pensiones,a salud, aprendices del sena, negativa a eliminar parafiscales, altos incentivos tributarios al capital) sus prioridades parecen estar así: sus propios intereses(como todo gobierno), los de los empleadores, los que ya estan empleados y muy pero muy lejos, los de los desempleados. Es evidente que existe un sesgo anti-empleo, tal como lo mencionaba Alejandro en una columna hace ya varios meses.

Sin embargo, cuando Alejandro dice que la principal prioridad de la "acción colectiva"(si es que tal cosa existe dado que las acciones siempre son individuales) debe ser el empleo me preocupa que caigamos en lo que Bryan Caplan, en su libro "The Myth of the Rational Voter", llama el "sesgo de creación de empleo"(make-work bias). Que caigamos en intentar que todo el mundo TENGA un trabajo(o que no lo pierda) y no de que tenga una mayor libertad de trabajar y producir. Aunque son muy conocidos los beneficios psicologicos y sociologicos de trabajar no debemos caer tampoco en políticas coercitivas para "GARANTIZAR el empleo" ni convertirlo en un fin en si mismo por encima de los objetivos individuales de cada persona (que es razonable suponer casi siempre son mayor prosperidad por encima de tener un trabajo). Si así fuera regresariamos a los gremios medievales. Si claro. Garantizaban trabajo incluso de por vida, pero con baja productividad e innovación.

El fin debería ser la prosperidad,lo cual en muchos casos se logra porque se requiere menos trabajo para producir los bienes y servicios que queremos(la famosa mayor productividad). El trabajo por sí mismo no es un indicador de prosperidad. La mayor productividad (menos trabajo para producir lo mismo o mas) si que lo es.

Si empezamos a hablar de que la prioridad debe ser el emplo ya veo mas de un ñangara promoviendo políticas coercitivas que incrementen deliberadamente el costo del capital para de esta forma promover el uso de mano de obra. Pues si, tendremos muchísima gente empleada pero poca productividad.

Infortunada o afortudamente, el crecimiento economico casi siempre requerirá destrucción temporal de empleos para aumentar la productividad(tal como ocurrió en Inglaterra en el siglo 18 cuando aumento la productividad agrícola). Mientras las inversiones se desplazan a nuevos productos y servicios que requieran la mano de obra, existirá algo de desempleo. Pero la riqueza aumentará. Gracias al capitalismo hoy en dia la mayoría de nosotros no estamos en estos momentos en el campo, sino en las ciudades con empleos de servicios mas de tipo intelectual y menos de tipo físico como la agricultura, la ganadería o minería.

Seguramente políticas debileradamente anti-capital NO es lo que pretende Alejandro, pero me preocupa que se pueda interpretar así.

En ultimas: SI a una mayor libertad en los mercados laborales, pero NO a medidas coercitivas para garantizarle a todo el mundo un empleo ni a promover artificialmente la creación de puestos de trabajo mas alla de lo que realmente demande el mercado(es decir, que no sea empleo realmente productivo).

El Estado, por el gran poder que tiene, inevitablemente terminará promoviendo consecuencias inesperadas en el funcionamiento de los mercados. Y hay que ver lo díficil que es eliminar regulaciones e intervenciones, luego que ya existen intereses creados.Ese es uno de los grandes problemas del intervencionismo estatal en la economía.

Lo mejor siempre será un Estado menos intervencionista en la economía. Ni sesgo "anti-empleo" ni sesgo "garantizar-empleo".