Tuesday, June 19, 2007

El mito de la educación

Uno de los mitos que parecen estar ampliamente extendidos entre muchos economistas e intelectuales es que la educación formal es de alguna forma un elemento fundamental para el crecimiento económico y la prosperidad. Suena razonable. Si las personas se educan y adquieren habilidares que los hagan mas productivos se facilita el crecimiento económico.

Sin embargo, en estudios como los realizados por Douglas North("El ascenso del mundo occidental") y Nathan Rosenberg ("Como occidente se volvió rico") que cubren varios siglos de historia económica y social del mundo occidental no aparece la educación formal como una causa fundamental del crecimiento económico mientras que el marco institucional, compuesto por leyes que protejan la propiedad y por las normas y valores predominantes, y la libertad económica, si lo hacen. En epocas mas recientes la experiencia de Cuba y la Unión Sovietica (ambas con ciudadanos altamente educados) confirma que la educación no es suficiente para generar prosperidad. Por otra parte, Montaner, Vargas Llosa y Plinio Apuleyo, explican en su nuevo libro "El Regreso del Idiota" que Argentina tuvo durante la mayor parte del siglo XX un nivel educativo superior a España pero hoy en día esta ultima es mucho mas rica que la primera. Y tambien que el gasto estatal y privado de los españoles en educación durante los 80s y 90s fue menor que el promedio de los paises desarrollados y sin embargo España tuvo un alto crecimiento durante esos años.

En otro libro, "Barreras a la Riqueza", tambien presenta evidencia empirica que demuestra que la educación no fue la causa fundamental del desarrollo de Japon y de otros paises.

Por qué entonces esta tan sobreestimada la educación por encima de otros elementos, en el debate sobre el crecimiento económico? La respuesta podría ser, como es usual, en la existencia de grupos de intereses como sindicatos de maestros estatales y políticos a los que les conviene convertir la educación en un "derecho fundamental" (algo que no es) para poder garantizar sus rentas y el poder que tienen sobre los ciudadanos y sobre los niños.

El problema no es tanto que exista tanta gente que sobreestime la importancia de la educación sino que sirve para justificar la intevención estatal en ese campo y además evita que se le preste atención a aspectos mas necesarios para el crecimiento económico como los derechos de propiedad y la libertad económica, tal como lo explica Carlos Rodríguez Braun:

"Si la educación acabara con la pobreza, habríamos dado con la piedra filosofal y el bálsamo de Fierabrás. Todo sería enormemente sencillo: habría que quitarle a la gente el dinero y dedicarlo a la educación. Y así se acabaría con la pobreza. Fácil, ¿no?

Pues no. Lo que acaba con la pobreza es el trabajo de los pobres que quieren dejar de serlo, y para potenciar ese trabajo se necesita paz, justicia y libertad, no inversiones forzadas en educación, ni en I+D+i, ni en nada.

La idea de que si aumenta el gasto en educación aumenta la riqueza puede ser exactamente falsa, en el sentido de que primero debe aumentar la riqueza y después la gente invierte en educación. Pero esa prioridad tiene que ver con la libertad, y por eso es detestada por el pensamiento único, que no concibe que los ciudadanos puedan prosperar por su propio esfuerzo, en cuyo caso habría que dejarlos en paz y no fastidiarlos.

Esa noción obligaría a revisar los grandes dogmas de nuestro tiempo, por ejemplo, el "derecho
a la educación", que en la práctica significa suprimir la libertad y que el Estado usurpe nuestros bienes y la capacidad de decidir sobre la educación de nuestros hijos.