Tuesday, January 22, 2008

Como nace un "paramilitar"

"Una tarde de 1992, cuando salía de Campamento hacia Montería, [Mancuso] vio acercarse a tres hombres. A la distancia supo de quiénes se trataba. En un acto reflejo, tomó una de sus
escopetas de cacería, la desenfundó y salió a esperarlos. Impávido, recibió el recado del
comandante Camilo, que traían los tres guerrilleros. Pedía que el señor Mancuso fuera a
uno de sus campamentos, vecino a Campamento. Pero el señor Mancuso no estaba para
recibir recados. Levantó la escopeta de caza y les apuntó al pecho.


“Si ustedes me quieren llevar me tienen que cargar muerto. Pero para llevarse mi
cadáver primero yo disparo esta escopeta. Díganle a su comandante que si quiere venga
a conversar y arreglar las diferencias que tenga conmigo, ¡pero aquí!”. La imagen fija de
los guerrilleros paralizados les desnudó su miedo. Una escena tan certera que se
convirtió posteriormente en una máxima de guerra para animar a su tropa: “el enemigo
también siente miedo”. Salvatore Mancuso había tomado la decisión de su vida."


Capitulo 7, del libro "Salvatore Mancuso, su vida"