Sunday, February 25, 2007

Los locos guerreros contra las drogas

La inmoral y absurda "guerra contra las drogas" me recuerda una mis citas preferidas, que es Einstein: "La definición de locura es intentar una y mil veces lo mismo y esperar resultados diferentes".

El tema recientemente ha sido tratado por Rodolfo Segovia en Portafolio(link aquí), por Rodolfo en el Blog "Mexicano Liberal"(link aquí) y por Sergio Méndez en el Blog "Un Colombiano Mas"(link aquí)

La "guerra contra las drogas" podria decirse que comenzó hacia 1880 cuando Estados Unidos y China llegaron a un acuerdo para prohibir la exportación de opio. Pero comenzo en serio a partir de Nixon que fue el que inventó la frase, creo la DEA e impulso la legislación que sirve de base para las iniciativas actuales y cuya filosofía es interferir el libre mercado de las drogas para aumentar su precio y asi desestimular su uso.

Los gobiernos han gastado billones de dolares, han acabado con la vida, la libertad y la propiedad de miles de personas y el consumo de narcoticos y sustancias psicoativas en vez de disminuir, ha aumentado. Claramente ha sido inefectiva.

Pero no quiero hablar de la poca efectividad de la "guerra contra las drogas" y ni de si un enfoque de salud publica sería lo mejor. Quiero hablar sobre su inmoralidad.

Y es que esta guerra es inmoral porque la sencilla razón que propone la fuerza para evitar que personas adultas de forma voluntaria produzcan, ofrezcan o consuman ciertas sustancias que se sabe que, en ciertas cantidades, son nocivas para la salud humana. Este uso de la fuerza no esta dirigido a evitar que se violen derechos a terceros sino a impedir la libre elección de personas adultas. Bien lo decía John Stuart Mill:

"El único propósito que justifica el uso de la fuerza sobre algún miembro de la comunidad civilizada es para evitar el daño a otros. Su propio bien, físico o moral, no es suficiente justificación." John Stuart Mill



Cada persona es dueña de su cuerpo y puede hacer con el lo que quiera incluso envenenarlo. El Estado no puede tipificar como delito algo que la persona se hace de forma voluntaria solo porque no se ajusta a los estándares morales de los que si valoran su cuerpo y su salud.

Los drogacitos merecen nuestra compasión y ayuda y no la represión estatal.


Cuando se acabará esta insensatez?