Sunday, May 27, 2007

Nadando contra la corriente




El Tiempo publica un articulo sobre el crecimiento en las ventas de carros en Colombia gracias al crecimiento de la economía:

"En 2006 se vedieron 200.000 unidades.Esa cifra representa 37% más que en 2005, y la tendencia promete mejores registros pare 2007: entre enero y abril pasado fueron vendidas 672 unidades diarias, contra 552 en el mismo lapso de 2006."

El Tiempo luego menciona el impacto en la movilidad que tendría este crecimiento del parque automotor, pero lo que mas llama la atención son las cifras que presenta al final sobre el abaratamiento de los vehículos con respecto al poder adquisitivo de los colombianos:

"Cada vez es más fácil acceder a un carro nuevo. Por ejemplo, en 1995 un Renault Twingo costaba 11.600.000 pesos, que equivalían a 97,5 salarios mínimos. Hoy se consiguen a 26.990.000, o sea 62,2 salarios mínimos (36 por ciento menos).
El umbral del mercado también ha caído. En el 2000, el carro más económico era el Daewoo Matiz, que costaba 68 salarios mínimos ($17.685.000). Ahora hay vehículos chinos de 55 salarios mínimos ($23.790.000), casi 20 por ciento menos."


Estas últimas cifras, además de evidenciar el exito del capitalismo en reducir el costo real de productos de consumo(los computadores y celulares son otro ejemplo que vale la pena recordar), explica porque los políticos como Peñalosa y Lucho Garzón, con su odiosa "guerra contra los carros" estan nadando contra la corriente. Los carros cada vez son mas económicos. Y mas gente va a tener uno.

Los políticos quieren que no los utilizemos para imponernos su "modelo de ciudad". Se equivocan. No tienen derecho a imponernos como debemos trasportarnos ni si la ciudad debe ser solo para bicicletas y peatones. Lo que sí deben hacer es administrar de la mejor forma posible la infraestructura víal que los ciudadanos(sus verdaderos dueños) ponen bajo su cuidado. Administrar implica regular el uso de esa infraestructura víal, y, de ser necesario, solicitar recursos ante los representantes de los ciudadanos (el concejo, en teoría) para crear mas vías.

Desde el anterior punto de vista, los gobiernos de las ciudades deben buscar regular el uso de las vías de acuerdo a la demanda y no iniciar una totalitaria "guerra contra los carros". Los impuestos a la propiedad de vehículos deberían disminuir no aumentar. Al disminuir los impuestos sobre la propiedad de vehículos le quitan incentivos a los ciudadanos para que busquen utilizarlos mas. Si a una persona se le cobran altos impuestos por tener un vehículo entonces buscara utilizar mas ese bien por el cual le estan sacando plata así no lo utilize.

En cambio, lo que debe aumentar, dada la falta de crecimiento de la infraestructura víal, es el costo de usar las vías.Es decir, se justifica el aumento de impuestos a la gasolina, el establecimiento de peajes y quitar los controles de precios a los parqueaderos. De lo que se trata es de aumentar el costo de usar las vías, no el costo de tener vehículos. La idea es: "Quien mas usa las vías, mas paga". Los mayores impuestos y peajes, a su vez, deben servir para financiar el mantenimiento y construcción de mas vías. Tambien se debe permitir la inversión privada en la construcción de vías dado que el Estado, en su clásica lentitud burócratica, parece incapaz de atender esa demanda.

Las personas seguirán comprando vehículos por la enorme ventaja de contar con un medio de transporte puerta-a-puerta y disponible inmediatamente. Para cualquier persona un carro incrementa su movilidad( a pesar de los trancones) y es mucho mas conveniente que el transporte público, a pesar de la alta diferencia de costos.

Los políticos deben empezar a ser realistas y a buscar regular el uso de las vías, y no obstaculizar nuestra libertad de tener vehículos.