Wednesday, February 20, 2008

McCain y la tortura

Por: Derrick Z. Jackson

En un sondeo de febrero por parte de CNN, el 64% de los estadounidenses encuestados se oponía a la guerra en Iraq. De manera similar, el 63% de los encuestados le dijo el mes pasado al diario Los Ángeles Times que deseaba el retiro de las tropas estadounidenses, ya sea ahora o en el plazo de un año.

La semana pasada, el precandidato presidencial republicano con mayores opciones John McCain estuvo ante una disyuntiva entre sus principios y apuntalar a un presidente fracasado. Optó por lo segundo.

El Senado de Estados Unidos se unió a la Cámara de Representantes en la aprobación de una iniciativa de ley sobre los servicios de inteligencia, la cual le prohibiría a la CIA emplear la técnica del ahogamiento simulado. La CIA tendría que regirse por el Manual de Campo del Ejército, el que también prohíbe golpizas, choques eléctricos o de temperatura, forzar a una persona a desnudarse, simulaciones de ejecuciones y el uso de perros. Algunas de estas abusivas técnicas estuvieron en una exposición mundial en las fotografías de tortura de la prisión Abu Ghraib.
McCain, quien fue prisionero de guerra en Vietnam, ha condenado desde hace ya largo tiempo la simulación de ahogamiento por considerarla una forma de tortura, lo cual lo volvió más sensible que el presidente Bush con respecto a un tema que empañó la imagen de Estados Unidos. Sin embargo, el senador de Arizona y virtual nominado republicano para reemplazar a Bush votó en contra de dicha iniciativa de ley.

McCain dijo que si bien aún se opone a hacerle creer a un prisionero que será ahogado, “nosotros siempre apoyamos que se permitiera a la CIA emplear medidas adicionales”.

¿Medidas adicionales? Entonces, ¿para qué son las reglas?

Lo anterior se produjo una semana después que la CIA admitiera que en el 2002 y 2003 aplicó la técnica del ahogamiento simulado en contra de tres presuntos responsables de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Además, la CIA dice que ya no aplica dicha técnica, en tanto el director en funciones de la Oficina de Asesoría Legal del Departamento de Justicia, Steven Bradbury, señala la semana pasada: “El programa autorizado actualmente no incluye simular ahogamientos”.

No obstante, la macabra Casa Blanca sostiene que si bien no está empleando dicha técnica, sí tiene el derecho a mantenerla en su arsenal de tácticas. Por su parte, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, indica : “Nosotros no vamos a hablar acerca de qué pudiera o no ser legal en el futuro”. En una advertencia partidista, la agencia AP citó las palabras de Perino cuando dijo que los estadounidenses “tendrán que preguntarse, ‘¿Confío en la comunidad de los servicios de inteligencia más que en los demócratas que están en deuda con su ala de izquierda?’”.

Los estadounidenses ya respondieron a esa pregunta en un sondeo de noviembre por parte de CNN, con el 69% que dice que el ahogamiento simulado equivale a tortura y el 58% opina que el gobierno no debería emplearlo en contra de terroristas. ¿Están todos esos estadounidenses en deuda con el ala izquierda?

Lo anterior corre paralelamente al rechazo general hacia la guerra de Bush en Iraq, respecto de lo cual McCain ha optado por quedarse atrás. En la encuesta de opinión de enero entre NBC y el Wall Street Journal, el 67% de los encuestados no aprobó la forma en que Bush maneja la situación en Iraq, en tanto que el 59% expresó que el precio pagado en bajas estadounidenses no valió la pena por la remoción de Saddam Hussein. En un sondeo de febrero por parte de CNN, 64% de los estadounidenses encuestados se oponía a la guerra en Iraq. De manera similar, 63% de los encuestados le dijo el mes pasado al diario Los Ángeles Times que deseaba el retiro de las tropas estadounidenses, ya sea ahora o en el plazo de un año.

McCain a menudo ha intentado posicionarse como alguien que conduciría la guerra con mayor destreza. De cuando en cuando ha criticado la estrategia de Bush, incluida una declaración de “no confianza” en el ex secretario de la Defensa caído en desgracia, Donald Rumsfeld. Durante su búsqueda de la presidencia en el 2004 por el Partido Demócrata, John Kerry, el senador de Massachussets sugirió que McCain sería un sólido reemplazo de Rumsfeld.
No obstante, en una parada de campaña en Nueva Hampshire, el mes pasado, un hombre le dijo a McCain: “El presidente Bush ha hablado de nuestra permanencia en Iraq durante 50 años”. McCain interrumpió, diciendo, “Quizás 100”. Después, agregó: “Hemos estado en Japón durante 60 años, en Corea del Sur durante más o menos 50 años. Eso estaría bien por mí, siempre y cuando los estadounidenses... siempre y cuando los estadounidenses no resulten heridos, lastimados o muertos, entonces está bien por mí”.

Una manera suave de decirlo es que McCain está favoreciendo que las tropas estadounidenses actúen como “policía militar del mundo”. No hay mucha gente en las calles quejándose de nuestras bases en Alemania, aunque estas fueron establecidas después de una “guerra justa”. Iraq es una invasión y ocupación erigida sobre falsedades, si no es que mentiras. Hizo falta cierto tiempo, pero los estadounidenses ya lo saben.

Todo parece indicar que no así McCain. Cuando el mes pasado le preguntaron en el programa ‘Meet the Press’ si él habría invadido Iraq de cualquier forma con base en lo que sabemos actualmente, McCain respondió: “La invasión no fue un error. El manejo de la guerra fue un terrible error”.

Este equívoco es una mala señal. Pese a toda la claridad de McCain respecto a algunos de los errores políticos recientes, también se debe recordar que él no actuó, ni en lo más mínimo, de manera diferente al vicepresidente Dick Cheney al comienzo de la invasión, declarando a la cadena ABC: “El pueblo iraquí nos recibirá como liberadores”.

Nadie sabe realmente cómo podría McCain ganar la Casa Blanca comportándose como eco de Cheney.