Thursday, February 14, 2008

Socialismo democrático: una utopía

Por: Hugo J. Faría

El peso y contrapeso básico que da viabilidad a la democracia consiste en la dependencia económica de los representantes de la sociedad política de los ciudadanos. Esta piedra angular de la democracia está claramente ilustrada en el siglo XIII cuando Juan sin Tierra regresa a Inglaterra derrotado de Francia y le pide a los nobles recursos económicos.

Los nobles ingleses acceden a pagar impuestos adicionales si el rey firma un contrato que consagra la protección de derechos básicos. Se trata de la Carta Magna firmada el 15 de junio de 1215 que simboliza el inicio de un largo proceso que culminaría con el sometimiento definitivo de la corona al parlamento en 1688 con la Revolución Gloriosa. El rey es obligado a proteger derechos fundamentales debido a su dependencia económica de los nobles, la cual posteriormente se amplió al pueblo en general, propiciando el nacimiento de la democracia parlamentaria.

El equilibrio fundamental existe cuando la sociedad política detenta el poder político y la sociedad civil el poder económico. Este equilibrio no se da en países socialistas porque el Estado es dueño de empresas básicas que tienden a concentrar en un mismo grupo de personas el poder político y el económico. Cuando los políticos no dependen económicamente de los ciudadanos éstos pierden poder de negociación induciendo a los políticos a abusar de su poder y por tanto a destruir la institucionalidad democrática.

Dicho equilibrio fundamental está ausente en los países de la OPEP y no creo que sea mera coincidencia que sus sistemas políticos sean dictaduras seculares, como Kuwait, teocracias como Irán o democracias frágiles como Venezuela. Estos países socialistas ilustran el principio de que sin propiedad (ciudadana) no hay libertad. Es decir la libertad política (democracia) se erige sobre la libertad económica (propiedad). En otras palabras, para que exista democracia el Estado, los políticos deben vivir de los ciudadanos. Cuando los ciudadanos viven del Estado la tendencia es hacia el autoritarismo.

Ficción

Consideremos el ejemplo de los países de Europa Occidental como Suecia, Francia y Alemania que son democracias estables y tienen fama de ser socialistas. Observo que en estos países el Estado no es propietario de empresas básicas. Llama la atención el programa agresivo de privatizaciones que realizó el "socialista" Mitterrand y la revolución Thatcheriana en Inglaterra donde privatizó todas las empresas básicas. Adicionalmente, no existen prácticamente controles de precios, de tasas de interés, gavetas bancarias y mucho menos controles de cambio. Tienen baja inflación y las barreras al comercio internacional entre los países de la Unión Europea son nulas, originando un mercado de más de 400 millones de consumidores. Además exhiben una infraestructura legal de elevadísima calidad protectora de la propiedad privada. Todas estas son características fundamentales de economías capitalistas.

Los países de Europa occidental son mejor calificados como Estados benefactores. Le cobran altos impuestos a la población y con estos ingresos, suministrados por la población, proveen salud, generosos seguros por desempleo y pensiones entre otros servicios públicos. Ciertamente, estos altos impuestos y generosos seguros y servicios engendran costos representados en menores tasas de crecimiento, menos deseo de trabajar, más desempleo y menor innovación en el área de la salud que economías ricas con menos impuestos como son la americana y la británica.

Conscientes del menor estímulo al crecimiento asociados al Estado benefactor, en Francia eligen a Nicolás Sarkozy y en Alemania a Angela Merkel precisamente para tratar de reducir la carga del Estado, tema en el cual han avanzado los suecos y muy en particular los daneses. Además, ninguno de estos países se hizo rico con mega impuestos y macro gobiernos. Por el contrario, primero se hicieron ricos y luego aumentaron los impuestos. Ahora están tratando de regresar a unos tamaños de Estado más pequeños.

Resalto que la opinión algo generalizada de que estos países de Europa occidental son socialistas es más mito que realidad. Mito que alimenta el socialismo romántico de algunos líderes venezolanos. En estas economías los gobiernos viven de los ciudadanos contribuyendo a que muestren democracias estables y ricas.

¿Cómo podemos lograr que en Venezuela el Gobierno viva de los ciudadanos? Sugiero que además de transferir la propiedad de las empresas básicas a los venezolanos por nacimiento mayores de 18 años, que los impuestos que estas empresas pagan le sean entregados directamente y por partes iguales a dichos venezolanos. De esta forma tendríamos un Estado carente de recursos propios y los políticos tendrían que negociar con los ciudadanos la obtención de impuestos. Lo importante no es tanto cuánto recibimos como el hecho de disponer de un arma de negociación capaz de someter al Gobierno a la voluntad popular.